01 Mar El vocabulario de la botica
Cada despedida de año, nos deja recuerdos, unos más divertidos que otros, pero en estos últimos años las anécdotas vividas desde el mostrador de las oficinas de farmacia, son tan peculiares, que se pueden relatar con distintos géneros, como si de un menú se tratase; y así, encontramos:
De entrante, a modo de letanía:
– Gel hidráulico = hidroalcohólico.
– Bardijas = mascarillas.
– Bozal del PP = mascarillas FFP2.
De primer plato; a modo de punto cubano (con respuesta contenida en el pensamiento de quien dispensa):
– Preservativos con pesticidas (¿qué cuca querrá liquidar?).
– Termómetro para la toma de temperatura (¿y qué otra cosa tenía pensado medir?).
– Recipiente para heces fecales (¿cuáles serán las no fecales?).
Como plato principal, a modo de diálogo escueto:
– cliente : ¿Tiene Cristalmina®?
– Farmacia : Sí, grande y pequeña.
– cliente : ¿en qué se diferencian?
– Farmacia : En el tamaño.
De postre, hay variedad. Por un lado, ese cliente que te pregunta que cuántas kilocalorías, en inglés, tiene la chocolatina adelgazante, y, no sabes cómo hacerle entender que lo único que varía es el idioma. Por otro lado, ese otro cliente que te pide la jeringa más larga para hacerla llegar hasta el fondo del envase y debes dar una clase exprés de física para hacerle entender que el frasco lo puede girar y milagrosamente el contenido alcanza el dispositivo, en este caso, extractor.
Y, por supuesto, el brindis queda para ese cliente que solicita con ansiedad “sexo oral” y sale con urgencia, de rebotica, ese Seroxat® que tanta falta le hace.
El poeta británico Samuel Coleridge frasea «A ninguna mente bien organizada le falta sentido del humor». Un álbum con los recuerdos plasmados en imágenes, le da una sacudida a los capítulos más difíciles de la pandemia y abre con optimismo las puertas de las temporadas que están por llegar. Dejemos que siga fluyendo este anecdotario que tanta “salud” nos regala a diario.
Julia Machado
Titular de la oficina de farmacia de Lomo Magullo.
