02 Jun Remedios y mascotas
Definitivamente, las oficinas de farmacias son como las personas: únicas e irrepetibles. En algunas farmacias urbanas, la probabilidad de trabajar de un modo holístico el medicamento puede ser menos probable que en una rural. Con ello me refiero al remedio para un consumidor final no humano.
La dificultad de comprensión lectora en recetas se va perfilando con los años convirtiéndose, casi, en un dominio; dando incluso a entender a la población que tenemos estudios de grafología como disciplina universitaria. La capacidad de interpretar la petición verbal, sea presencial o por teléfono, también es un arte que se va componiendo con el tiempo. Pero cuando a la ecuación se suman variables del reino animal, los teoremas se complican.
Qué dar cuando te pide una clienta que quiere una crema para el pájaro. ¡El pájaro!, ¡qué pájaro y qué crema!. Conduciendo el interrogatorio, percibes que el pájaro no es su mascota sino una incomodidad de higiene íntima.
En la misma línea, se presentan dos amigos muy corpulentos en la farmacia y uno de ellos pide material sanitario “pa´l burro”. Así que, con el antecendente del pájaro, lo primero que pienso es que menuda confianza para insultarse entre ellos de manera pública y tan explícita, por más que su interés sea la cura del “burro”. Trás el interloquio para dispensar con acierto su petición, descubro que es realmente el borrico que tiene en su casa quien recibirá los cuidados de su dueño.
Pero con todo, y presumiendo siempre de mi canariedad, no salgo del asombro cuando un varón de la generación FaB (fifty and beyond), me pide “vitaminas pa´l macho”. ¡No lo puedo creer!. ¿¡ Qué jerga estará utilizando!?. “Algo fuerte”, me dice.
“Algo que levante el ánimo al macho, que lo encuentro decaído y le falta fuelle. Hace días que no es el mismo. No rinde”. No queriendo parecer una ignorante pero tampoco dármelas de sabia, le hago algunas preguntas que no consiguen guiarme al perfil del macho abatido. Finalmente, el cliente me dice “pa´l macho, coño, pa´l macho de la cabra”.
Julia Machado
Farmacéutica en Lomo Magullo