El farmacéutico y su papel en el desabastecimiento

El farmacéutico y su papel en el desabastecimiento

Los farmacéuticos comunitarios nos encontramos cada día con el mismo problema: el desabastecimiento. 

Reconozco que la situación llega a generarme inquietud, y también veo esa inquietud multiplicada en los pacientes o familiares cuando les dices que tenemos otro medicamento sustitutivo, pero no el prescrito, pero que para dispensarlo tienen que volver al médico y pedir que se lo receten. 

Ciertamente no sé si es el Ministerio o la Consejería de Sanidad quien debe aprobar la solución, y digo “aprobar” y no “buscar” porque la solución está, se trata tan sólo de habilitar al farmacéutico para que asuma una tarea para la que estamos sobradamente preparados. 

El que más o el que menos nos hemos encontrado con un caso similar al siguiente: 

Un paciente llega con una receta electrónica en la que el prescriptor le recomienda Abisax 20 mg 30 comprimidos. Hay desabastecimiento. ¿Por qué no nos habilitan la opción de sustituirlo por una Bilastina 20 mg 20 comprimidos?. 

Casos similares de bajas y desabastecimientos de otros medicamentos conocemos todos, el Efferalgan 1 gr 40 cp efervescentes, por ejemplo, para el que se buscó una alternativa. 

Si nos permitieran ejercer esta facultad, nos liberaríamos a nosotros primero, y a los médicos después, de muchos problemas, y podríamos evitar tener a los pacientes deambulando ida y vuelta entre las farmacias y los centros de salud, aparte de retrasar o interrumpir el tratamiento de sus enfermedades. 

Sé que se está trabajando en ello desde el Colegio, pero para los pacientes ésto no es suficiente y también ellos deberían exigirlo. Al fin y al cabo, no hablamos de competencias, sino de salud. 

Es entendible que, si a los pacientes se les hace dar viajes de más al centro de salud y a la farmacia, se pongan más nerviosos y que su carácter se torne agresivo, y que desistan visitar al médico recurriendo a la farmacia, pretendiendo que le dispensemos el medicamento que en su día le vino de maravilla. 

Recientemente viví un caso de alguien que pedía el Robaxisal Compuesto sin receta. Si a este paciente, en teoría indignado y no conforme con el funcionamiento sanitario, le negamos la dispensación porque no trae receta, puede ocurrir que le disguste tanto que hasta llegue a enfadarse. Siempre me ha servido el siguiente argumento para apaciguar, que entiendan la situación, que incluso nos den la razón, y que se marchen por las buenas, y hasta ahora nunca me ha fallado. Es el siguiente: 

– Hola, buenas tardes, quiero llevarme este relajante muscular. 

– Buenas señor, ¿tiene la receta? 

– No, otras veces me lo han vendido así. 

– Verá, es que recibimos regularmente circulares del Colegio Oficial de Farmacéuticos en la que nos dicen que debemos exigir la receta, que el rótulo que señala “Medicamento sujeto a prescripción médica” está escrito por algo. 

– Bueno, pero es que hará un par de meses que lo compré y no me dijeron nada. 

– En realidad esta medida es muy reciente, será por eso, además, puede haber farmacias que se salten la ley, igual que robar es un delito y hay muchos ladrones, pero en esta farmacia nosotros no funcionamos así. Le voy a preguntar algo… ¿cómo surgió su patología? 

– El médico valoró mi problema en la espalda y me mandó el Robaxisal con el Enantyum, que me sirvió de mucho. 

– ¿Y ahora mismo usted siente tensión y rigidez muscular, o un dolor? 

– La verdad que ahora solo me molesta el dolor. 

– Está bien, pues me alegra decirle que existe una presentación de Enantyum disponible sin receta y que le va a ir igual de bien, y es el Enandol. 

– ¡Ah!, ¿sí?, pues me lo llevo, encantado, muy amable y muchas gracias por buscarme la solución. 

 

Jesús Vega Pérez, Adjunto en Las Palmas de Gran Canaria.