Las RRSS: qué sabemos, qué queremos

Creer que uno domina las redes sociales por publicar mucho es como el que piensa que sabe mucho de farmacia por consumir medicamentos sin tino. Y utilizo el término “tino” en su acepción de “destreza de la persona que apunta acertadamente y da en el blanco” o sea, dicho de otra manera, sin dar ni una.

Los que nos dedicamos a esto solemos evitar la discusión cuando la persona que nos confronta está convencida de su error. A ningún farmacéutico se le ocurre discutir con un paciente que afirma categóricamente que sus agujetas desaparecen caminando descalzo por la hierba porque la tierra absorbe el ácido láctico. ¿Quién, que no esté de tertulia en la barra de un bar, cree que puede convencer a un entendido de este nivel de otra cosa?

Los errores más comunes al manejar las redes sociales vienen de varias creencias que tienen poco fundamento, pero que nos interesa creer porque “caminar por la hierba” nos hace expertos.

El primero de los equívocos nace al considerar que somos nosotros los que controlamos las redes. Les apunto tres ideas.

Por un lado, el dicho: cuando algo es gratis el negocio eres tú, se ha llevado a la máxima exponencia con las RRSS. Cuando SixDegees (primera red social) comenzó a funcionar, se basó en la idea de que todas las personas del mundo estaban conectadas entre sí siguiendo la línea de seis conocidos como máximo. Bajo esa premisa se consideró que era posible que, si cada uno invitaba a sus conocidos o familia, todos podíamos estar conectados con todos.

Lo cierto es que, hoy en día, lo que publicamos es pasado a bases de datos que permiten hacer perfiles personales de nuestras inquietudes, necesidades, creencias, relaciones… Eso sí, nos animan a seguir publicando, por su puesto.

La segunda idea es que se cree que las redes no ocupan tiempo. Lo cierto es que se estima una media de más de dos horas por persona. Es evidente que, por mucho que te guste y se te pase volando el tiempo, saber lo que hacen los demás, publicar lo que te interesa, tener tres o cuatro redes que “mantener” y otras cosas, hacen que sumemos un ratito de aquí y otro de allá y al final del día se han ido entre dos o tres horas.

La tercera cuestión que quisiera transmitir es que, curiosamente, los CEOs y las personas que trabajan en ciertos niveles de las empresas que controlan las RRSS, tienen limitado el acceso a sus hijos. Algo deben de temer o de algo deben ser más conscientes.

Con esto, y lo que no da tiempo a contar en un artículo de opinión, no quiero atemorizar a nadie. Las RRSS son una gran ventaja para muchas cosas, pero siempre que sepamos cuáles son los límites que queremos mantener y tengamos consciencia de lo que implican para bien y para mal.

Quiero terminar con algo que me parece que es el mayor error que cometemos, al menos es lo que me encuentro normalmente cuando una entidad o empresa me pide una auditoría de sus RRSS o de su comunicación. Mientras se quiere incrementar el número de amig

os o ser la institución o persona que más “cosas” sube, nos olvidamos de algo fundamental: El (o los) objetivo(s).

De nada sirve tener miles de seguidores si no sabemos para qué, de qué nos sirve, a dónde queremos llegar con eso.

Supongamos que una empresa local sin capacidad de importar que hace una publicaciones que se ven en toda Europa porque las hace en inglés y usa un humor muy británico, ¿ayudará eso a subir sus ventas en el barrio de Tamaraceite, o de Jinámar, o de Arenales, o de Puerto del Rosario, o de Haría? Supongamos que tenemos medio millón de seguidores, ¿nos planteamos si lo que esperan de nuestras redes nos aporta algo a nosotros?

Puede ser que sí: fama, dinero de anunciantes… Pero, ¿es ese el objetivo? ¿Sabemos qué imagen queremos dar? ¿Queremos una marca personal o una marca comercial?…

Como ven, hace tiempo que las redes sociales son cada vez más “redes” y menos “sociales”. Sacar lo mejor de ellas no es una tarea fácil. Prueba de ello es que hace no tanto tiempo bastaba con ser periodista, y ahora hay community manager, content writer, web analyst, social media manager, social media creative; digital marketing manager… A esto hay que sumar que las condiciones cambian casi a diario, y lo que es válido hoy no lo será mañana (literalmente), por lo que se exige una formación continua y permanente. Piensen que en la actualidad hay más de 100 redes sociales en el mundo. Nosotros estamos en tres y aspiramos a estar en cinco, todas distintas y con diferente público objetivo.

Y pesar de ello, demasiada gente sigue convencida de que lo mejor es caminar descalzo por la hierba.

 

Yiyo Espino
Departamento de Comunicación y Marketing